viernes, 6 de febrero de 2015

UNA TAZA DE CAFE CON JESUS.

     Por lo general,cuando llega la temporada de invierno,tanto en los países del hemisferio norte como del sur;estos suelen ser demasiados de fríos, y con grandes cantidades de nieve.En muchas ocasiones por causa tanto del crudo frío invernal y de las fuertes nevadas que caen uno se ve obligado a permanecer dentro de su casa.
    Todavía recuerdo mi pequeño apartamento en Waterbury,Connecticut;en los E.U.Allí viví solo por espacio de cinco largos años sin familia,ni parientes cercanos. Como todo el mundo,tenia que cumplir con mis obligaciones,deberes y compromisos.Pero cuando llegaba la época de invierno,era bastante difícil tener que lidiar con la temporada;pero peor aún era tener que lidiar con la fría soledad que me esperaba a diario en ese pequeño apartamento.Si afuera el intenso frío de un crudo invierno,y las grandes cantidades de nieve,impedían muchas veces tener una vida normal;dentro de ese apartamento,a diario,peleaba contra las más grandes tormentas que en la vida un ser humano puede enfrentar;la lucha diaria contra la soledad y la depresión,para no dejarme arrastrar por ella y quedar sepultado ante la enorme avalancha de las angustias que nos llegan a la vida.
    Qué cómo pasaba esos días de frío y de soledad?No fue fácil. Pero cada vez que yo entraba a ese apartamento,no me importaba que nadie me esperara y me recibiera.No me desanimaba porque no tuviese la compañía de un ser querido esperándome.No me dejaba llevar por la tristeza al pensar que no había la llama que existe en el seno familiar.Al contrario,me animaba y me confortaba,creyéndole a Dios y Su Palabra.Aunque vivía solo,no estaba solo;el Señor Jesús, estaba allí también. Y sabia que aunque afuera estaba frío,congelado;en mi corazón ardía la llama de la presencia del Espíritu de Dios.Así que,después de hacer mis tareas de la casa; sacaba mi tiempo para disfrutar de una rica taza de café al lado del Señor Jesús; porque sabia que aquellos largos inviernos se irían;y que llegarían tiempos mejores.
    No importa cuanto tiempo lleves viviendo en ese largo y frío invierno de tu vida;lo que si debes saber,es que si pones tu confianza en Dios;ese invierno de largo tiempo ahora mismo puede terminar;y puedes comenzar a vivir una hermosa primavera,o un verano lleno de mucha abundancia espiritual.Tu decides.Mientras tanto,disfruta de una rica taza de café,te,o chocolate;pero mucho mejor; disfruta la maravillosa presencia del Señor Jesús en tu corazón. Dios te bendiga y buen provecho.

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