Por lo general,casi siempre que cometemos una falta nos sentimos avergonzados.Muchas veces quisiéramos confesar nuestras faltas y vernos liberados de ese sentimiento que nos produce vergüenza; pero ese mismo sentimiento muchas veces nos impide reconciliarnos con alguna persona,especialmente con Dios. Cuando le fallamos a Dios;en vez de acercarnos con confianza ante Su trono celestial para alcanzar perdón y misericordia;lo que hacemos es alejarnos porque creemos que no somos dignos de Su perdón.
Uno de los mas grandes errores que cometemos,es pensar que si confesamos nuestras faltas,delitos y pecados a Dios,seremos amados menos por Él. Pensamos que el pecado nos ha hecho tan sucios,y tan inmerecedores del favor divino,que no nos atrevemos confesarnos ante Dios.Es cierto que el pecado trae condenación al ser humano,y que el pecado nos mancha,y nos separa de Él; pero la gracia de Dios sobrepasa toda barrera que nos aleja de Él. Es muy importante saber,que nada de lo que hayas hecho en tu vida pasada, hará que Dios te ame menos.Y si por alguna razón,llegases a fallarle después de haberle conocido, no debes sentirte abrumado,y estar escondiéndote de Dios como si Él te fuese a aniquilar.Dios nunca dejara de amarte;te seguirá amándote igual todos los días de tu vida; porque Su amor por ti nunca dejará de Ser.Dios nunca te amará menos porque Su gracia sobre ti y por ti,hace que siempre sigas siendo un hijo muy amado por Él. Dios te bendiga siempre.
jueves, 5 de febrero de 2015
DIOS NUNCA TE AMARA MENOS.
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