No tengo la menor idea acerca de cuantas personas estén leyendo esto ahora mismo. No se a cuantos países puedo llegar ahora mismo atraves de este medio.Pero si estoy muy seguro que cada uno de ustedes,no importa de que país sean;se sienten muy orgullosos de su patria,de su tierra,de su gente.Estoy muy seguro que no importa donde nacieron,ese lugar es muy sagrado,y lo miran con mucho respeto.Aman su cultura y tradiciones;aman su comida y su ambiente familiar.Es más; aún si viven en el extranjero;fuera de sus países,sueñan con algún día volver a su tierra aunque sea de visita.
Lo digo,porque he tenido la oportunidad de compartir con tantas personas de diferentes partes del mundo.Y todos tienen algo en común, añoran su tierra, su país.Porque no importa donde vivamos,siempre nuestro corazón estará apegado a ese lugar donde hemos nacido. Y aunque nos hayan cortado el cordón umbilical,existe un sentimiento de patriotismo que nos mantiene conectado tanto emocional como espiritualmente a esa tierra que un día nos vio nacer.Y con orgullo lo decimos y lo gritamos:Yo soy(nombre del país),pa que tu lo sepas.Y con mayor orgullo miramos cuando se iza nuestra bandera y cantamos nuestro himno nacional.
Pero mayor orgullo también sentimos aquellos que tenemos otra ciudadanía.Una ciudadanía que no es de este mundo.Una ciudadanía que la Biblia señala que es celestial.Filipenses 3:20.Y también con mucho orgullo cantamos el himno de nuestra redención.Porque algún día;según añoramos regresar a nuestros países de origen;también anhelamos los creyentes en Cristo Jesús, ser llevados a nuestra patria celestial.Porque aunque nacimos y vivimos en este mundo; no somos de aquí.Nunca dejes de amar a tu tu tierra,tu gente,lo tuyo.Pero como cristiano,preparate;Dios tiene algo mucho mejor para ti.Está en los cielos, al lado de Él,y con los Suyos Él quiere estar. La ciudadanía es gratis.Dios espera por ti.
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