Solos en la oscuridad de aquel aposento,retumbaba las palabras y los eventos de aquellas últimos días.Sus ojos llenos de lágrimas daban a entender el dolor que llevaban en sus corazones.¡Cuánto ansiaban tenerlo de vuelta;tenerlo a su lado!Si tan sólo pudiese el Señor Jesús regresar y estar ahí frente a ellos para explicarles lo que realmente había sucedido...
En algún momento de nuestras vidas cada uno de nosotros hemos llegado a experimentar tiempos de angustia y de mucho dolor.Tiempo en qué hemos buscado desesperadamente la Presencia de Dios para que nos muestre la razón de éste sufrimiento.Al igual que estos discípulos,nos preguntamos:"¿Por qué Señor;por qué a mí?
Después de la crucifixión la mente de estos hombres se encontraba tan llena de lamentos y tristeza que no había lugar para recordar las palabras de Su Maestro.Pero...fue exactamente cuando toda esperanza parecía haberse desvanecido,cuando el glorioso Señor y Salvador se les apareció (Juan 20:19).Entonces el panorama cambió totalmente.Habrán momentos cuando no tengamos una respuesta inmediata a nuestra aflicción...pero de seguro que Dios nunca nos abandonará.Dios te bendiga grandemente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario