Es interesante observar que diariamente la mujer samaritana(Juan cap.4)bajaba al pozo de Jacob,con un cántaro en busca de agua.Pero cuando tuvo un encuentro con el Señor Jesús,dejó su cántaro,y se fue a la ciudad a contarles a otros lo que el Señor había hecho en su vida.Aquel cántaro solo servía para llenarlo de agua;ahora ella se convirtió en la vasija donde el Señor derramó toda Su fuente de salvación,que a su vez provocaría que dicha mujer le diera de beber a otros que también estaban sedientos de agua espiritual...agua viva que salta para vida eterna.Agua que tú y yo necesitamos.Es el agua que refresca todo nuestro ser.Es por eso que tanto tú como yo,debemos compartir está grande bendición;esta grande gracia de la salvación de Dios.No somos la fuente,pero si podemos ser el vaso que Dios use para que otros sean salvos.Que Dios nos ayude y guíe para lograr tan grande misión.Dios te bendiga.
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